miércoles, 22 de febrero de 2012
sentencia en casación, contra El Universo.
La flamante Corte Nacional de Justicia, estructurada en unas tres cuartas partes con jueces ligados al régimen (ex asesores, ex funcionarios correístas, parientes de los asambleístas correístas, etc.) pasaron su prueba de fuego, teniendo como acusador, actor y parte interesada en la querella, nada más y nada menos al Presidente Rafael Correa, quien anticipó sin rubor, que metería la mano en la justicia, al expedir una sentencia, declarando sin lugar el recurso de casación, con lo cual quedó en firme la sentencia, que condenó a 3 años de prisión al autor del artículo Emilio Palacios, y a los tres dueños del diario El Universo, periódico donde se publicó el artículo INFAMANTE. Al margen del Código Penal, se sanciona con prisión a una persona jurídica, a una ficción. Por primera vez se impone una multa de 30'000.000 de dólares al periódico, y 10'00.000 de dólares al autor material de la supuesta injuria. El país quedó sin JEFE DE ESTADO por el lapso de 12 horas y más que duró la audiencia. Es que el Presidente, que por obra de la divina providencia, es sabio en todo, sabe de todo, conoce todas las ciencias, domina la Psicología, la Economía, el Derecho, la Filosofía, maneja el arte de la bufonería, es el campeón para insultar, para denigrar, para tratar de ignorantes a los que no piensan como él, se burla de la prensa internacional, de los Estados causantes de la "larga noche neoliberal", se burla de los tratados internacionales, pisotea la Constitución elaborada por sus propios coidearios. En la audiencia de casación, donde podían acudir solamente sus abogados, porque él tenía asuntos más importantes que hacer, administrando el Estado, pero más le importó su ego, su yo, su arrogancia, que estuvo ahí, más de 12 horas, mirando con ojos de hiena, a los jueces que iban a dar sus primeros pinitos, su primera sentencia. Y claro, él tenía que estar de principio a fin en la audiencia, para calificar, para aplaudir, para felicitar, para sonreír con los flamantes jueces, para resaltar la sapiencia!!! Y los jueces, en su primera sentencia se lucieron, le volvieron feliz al Presidente dándole 40'000.000 de dólares, por el supuesto daño moral que produce la injuria. A la final, la pena, cumplan o no cumplan, es lo de menos, lo que importa es la bicoca dolariega. Qué puesto para rentable ha sido ser Presidente. Al Banco de Pichincha le cobró 600.00 dólares por una demanda de daño moral. A los autores del libro El Gran Hermano, otra jueza, sentenció a su favor, dos millonesde dólares, por un daño espiritual, algo que no está tipificado en la ley. Es decir, si con tres demandas va a ganar 42'600.000 de dólares, para qué trabajar el resto de la vida ?? Los sentenciandos y condeandos, han acudido a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para pedir justicia, porque allá, en el plano internacional, ya no hay jueces puestos a dedo que responden a los caprichos presidenciales, allá ya no hay presión, allá se mira el juicio, con cabeza fría, con la verdadera vara de la justicia. Sin hacerse ni al uno ni al otro. Es un tribunal imparcial. Pero ya se escuchan a los asesores, a los Ministros de Estado que no hay que acatar lo que resuelva ese tribunal internacional, que en todo caso, el Ecuador tendría que rechazar el tratado ratificado por el Congreso, etc. etc. que quieren formar otro orgnaismo internacional, etc. que le importa un comino lo que diga la prensa internacional, que todos son la misma cosa, que el Ecuador es soberano, que aquí él es quien gobierna, él manda, él hace lo que tiene la gana, él insulta, injuria, ofende y no hay juez que a él le condene a pagar el daño causado en la honra de los mandantes. Este fin de semana, para colmo, le emplazó públicamente a puñete limpio al asambleísta Rocha, que como macho y peleador no hay como él. Ahora hay un imperio del terror. nadie puede abrir la boca. Este comentario lo hago en mi auto exilio. Sólo mi laptop es fiel testigo de mi libre pensamientos. Sé que mañana no estaré, pero quedará para la historia esta página, para que algún día, cuando la Historia juzgue a los tiranos, salga esta hoja acusadora para que le condenen a Rafael Correa a mil años del infierno, en la caldera más profunda. Los perseguidos, los muertos por Correa, a lo mejor desde otras órbitas celestiales, le verán, le perdonarán, le tendrán lástima, pero ya está juzgado. Y la justicia de Dios, que mira lo más recóndito del corazón, es recta, es implacable. Don satán también le recriminará de vez en cuando y le dirá: Conmigo no te va a dar de listo Rafa, tú sabías que el 20 de septiembre, diste la orden a los militares, como comandante en jefe, para que te rescaten, tú ordenaste matar a diez personas, y de esas vidas quien responde ?? Tú sabías que tus pillos abogados Vera (padre e hijo) redactaron la sentencia en casí 40 fojas y con una flash memory le puso en la computadora del Juez Paredes, quien no tuvo en sus manos ni siquiera 24 horas el proceso de 5.000 fojas para que lo estudie, lo analice, lo medite, lo piense. Simplemente asomó el chuqui seven y salió por arte de magia esa sentencia absurda. Tús sabías que las jueza, cuando dio su versión en la Fiscalía, dijo la verdad, que el abogado Vera estaba trabajando la sentencia desde hace quince días y que la estaba trabajando bien. Sin embargo, en lugar de felicitar a esa jueza valiente que dio su versión por escrito en la Fiscalía, tú le tildaste de corrupta. Y esa jueza tuvo que huir del país, por miedo a tu persecución, a tu odio. También tú bien conocías que tu hermano Fabricio, utilizaba y traficaba tu nombre y tu poder, para que le adjudiquen contratos multimillonarios, sin embargo, tú demandaste, no a tu hermano, sino a los que hicieron un trabajo periodístico y en primera instancia, les tuviste ganado dos millones de dólares. Todo eso sabías Rafael. Por eso, bien merecido tienes esta pena. Dios es mi enemigo, pero debo reconocer que cuando él juzga, NUNCA SE EQUIVOCA. Por eso, yo vivo feliz, porque tengo bastantes presidentes como tú, golpeando las paredes de las pailas, queriendo pedir perdón a sus víctimas, pero aquí nadie los va a encontrar, ni siquiera la INFINITA MISERICORDIA DE DIOS, porque acá es mi reino, que dista mucho de la respetable Corte Celestial.
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